El uso de diferentes aparatos y dispositivos tecnológicos implica que, en muchas ocasiones, se produzcan una serie de incidentes a modo de interferencias electromagnéticas que pueden poner en peligro la seguridad e integridad de los diferentes equipos y máquinas.
Estas interferencias electromagnéticas, también conocidas como EMI, pueden causar alteraciones en diferentes equipos, como, por ejemplo, la sobretensión, el registro de picos de intensidad descontrolada u otras reacciones que pueden afectar a diferentes equipos eléctricos.
Para evitar cualquier tipo de problemática, es fundamental saber todos los detalles acerca de las interferencias electromagnéticas, para conocer por qué motivo se originan, cómo poder evitarlas y cómo poder aplicar soluciones eficaces y seguras.
En Distron, ¡te lo contamos!
Qué son las interferencias electromagnéticas
Las interferencias electromagnéticas (EMI, por sus siglas en inglés) constituyen perturbaciones e incidentes que se detectan en las señales electromagnéticas de diferentes aparatos, ya sea radiadas o por cable, que pueden afectar al funcionamiento de dispositivos electrónicos y sistemas de comunicación.
Las ondas electromagnéticas, que se propagan a través del espacio y del aire, pueden ser generadas por una amplia variedad de fuentes, como dispositivos electrónicos, motores eléctricos, antenas de transmisión, relámpagos, cables de alimentación, entre otros.
Cuando estas ondas interactúan con otros dispositivos electrónicos, pueden producir interferencias; unas reacciones manifestadas generalmente como ruidos, distorsiones, pérdidas de señal o fallos en el sistema, problemas que, en definitiva, afectan al funcionamiento de muchos equipos.
En este sentido, es muy importante realizar pruebas de compatibilidad electromagnética para llegar a evitar algunas de las interferencias electromagnéticas.
Qué tipos de interferencias electromagnéticas existen
Las interferencias electromagnéticas pueden ser de dos tipos. Por un lado, están las interferencias electromagnéticas de tipo conducidas, que hacen referencia a aquellas se producen cuando una señal electromagnética se transmite a través de un cable conductor, como un cable de alimentación o una línea de datos.
Este tipo de interferencias electromagnéticas se producen, por ejemplo, cuando dos o más cables conductores están cerca y hay una transferencia de señales eléctricas entre ellos.
Por otro lado, están las de tipo radiado, que se dan cuando una señal electromagnética se transmite a través del aire, como las ondas de radio y las señales de televisión.
Las interferencias radiadas pueden ser causadas por dispositivos electrónicos cercanos, transmisores de radio, redes eléctricas y otras fuentes de energía electromagnética.
De dónde provienen las interferencias electromagnéticas
Una EMI, o interferencia electromagnética, puede surgir de una variedad de fuentes, por lo que es conveniente prestar atención a, por ejemplo, desde los motores eléctricos y la maquinaria que puede generar interferencias electromagnéticas, hasta a los dispositivos electrónicos como ordenadores, teléfonos móviles, televisores y radios.
Además, las redes eléctricas pueden generar también campos electromagnéticos y producir, como consecuencia, interferencias electromagnéticas debido a los cambios de corriente y voltaje que se producen en los cables de alimentación.
Por su parte, los rayos durante una tormenta pueden generar de igual forma campos electromagnéticos intensos que pueden llegar a interferir con los equipos electrónicos cercanos.
En resumen, cualquier fuente de energía eléctrica tiene el potencial de generar interferencias electromagnéticas en los dispositivos cercanos. Por esta razón, es importante tomar medidas para prevenir y reducir las interferencias electromagnéticas en entornos con múltiples dispositivos electrónicos, como ocurre en el sector industrial.
Cómo evitar interferencias electromagnéticas
Es evidente cómo las interferencias electromagnéticas pueden suponer un gran riesgo, no solo en cuanto a integridad y seguridad, sino también en cuanto a eficiencia y productividad de los sistemas y equipos eléctricos, por lo que es esencial conocer cómo evitar interferencias electromagnéticas, y saber cómo actuar al respecto.
Así, por ejemplo, para evitar las interferencias electromagnéticas (EMI) en dispositivos electrónicos, se pueden llevar a cabo una serie de medidas, todas ellas de gran utilidad.
De esta manera, es posible utilizar materiales muy resistentes de blindaje electromagnético, lo que puede ayudar a proteger los dispositivos electrónicos, especialmente los más sensibles y costosos, que más pueden verse dañados y alterados por una interferencia electromagnética.
Igualmente, el uso de cables blindados ofrecerá una capa conductora que protegerá las señales de las interferencias electromagnéticas.
Al optar por este tipo de cableado, es importante asegurarse de que estos están correctamente conectados y tienen una buena conexión a tierra.
También, los materiales aislantes como, por ejemplo, la espuma de poliestireno, pueden ser utilizados para proteger los dispositivos electrónicos sensibles de las interferencias electromagnéticas.
Algo especialmente necesario en los equipos, sistemas y elementos más costosos.
Por otro lado, es recomendable mantener una distancia adecuada de separación entre los dispositivos electrónicos, especialmente entre aquellos emisores y receptores de señal.
Esto puede ayudar a reducir las interferencias electromagnéticas.
De igual modo, es recomendable utilizar equipos con certificación de compatibilidad electromagnética, los cuales comprueban que han sido diseñados y probados para funcionar correctamente en entornos adecuados, en los que está comprobado que la aparición de las interferencias electromagnéticas es bastante habitual.
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