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La compatibilidad electromagnética (EMC) y la interferencia electromagnética (EMI) hacen referencia a dos términos claves a la hora de hablar sobre el funcionamiento de los equipos eléctricos y electrónicos, así como de sus pruebas reglamentarias. 

Los conceptos EMC y EMI se pueden llegar a confundir, ya que ambas guardan relación con la electromagnética. No obstante, son dos conceptos muy diferentes.

Como especialistas en equipos electrónicos vamos a profundizar en las pruebas EMC y EMI para conocer en qué consisten y en qué se diferencian. ¡Sigue leyendo! 

¿Qué son las pruebas de compatibilidad electromagnética EMC?

Todos los dispositivos o instalaciones eléctricas se afectan inevitablemente entre sí cuando están conectadas o cerca unos de otros. Esto ocurre, por ejemplo, con las interferencias entre televisores, teléfonos móviles, radios, etc.

El propósito de la compatibilidad electromagnética, EMC, es mantener todas estas conexiones secundarias bajo un control razonable. Es decir, EMC identifica todas las técnicas y tecnologías actuales y futuras para reducir la incompatibilidad y mejorar el sistema inmunológico.

Las pruebas de EMC consisten en verificar que el equipo es inmune a las perturbaciones externas. Además, tienen el objetivo de garantizar que el equipo no produce señales que perturben a otros equipos electrónicos. 

En otras palabras, la EMC, hace referencia a la capacidad de un equipo, instalación o sistema eléctrico o electrónico para no provocar interferencias en otros equipos, con el objetivo de no verse afectado por las perturbaciones que puedan causar otros sistemas. 

Esta prueba se puede realizar en todos los dispositivos electrónicos y eléctricos cuyo funcionamiento puede afectar o ser afectado por otros dispositivos. 

Por este motivo, es un proceso clave a la hora del diseño y comercialización de aparatos eléctricos o electrónicos, ya que es lo que permite que todos ellos puedan coexistir en un mismo entorno sin anularse unos a otros. 

En definitiva, las pruebas EMC tienen como objetivo determinar la degradación del rendimiento, el deterioro y la relación de los dispositivos con efectos como resultado de las ondas electromagnéticas, normalmente emitidas por dispositivos electrónicos durante el proceso. 

Certificado de compatibilidad electromagnética 

La normativa sobre compatibilidad electromagnética marca los requisitos que deben cumplir los aparatos e instalaciones eléctricas y electrónicas, así como las obligaciones que deben seguir los fabricantes. 

A la hora de demostrar la compatibilidad electromagnética y la seguridad funcional en los sistemas electrónicos es necesario contar con un certificado de compatibilidad electromagnética (CE). 

Para obtenerlo, el aparato en cuestión ha de pasar las pruebas EMC pertinentes para garantizar que no causará interferencias en los equipos presentes a su alrededor. 

Por este motivo, la certificación de EMC, llevada a cabo en algunos de los agentes u organismos autorizados por la UE, garantiza la idoneidad de los equipos para su uso, incluso en presencia de campos o perturbaciones electromagnéticas.

¿Qué es la prueba EMI?

Por el contrario, la prueba EMI o interferencia electromagnética examina los efectos de los circuitos electrónicos y los sistemas eléctricos entre sí.

De esta manera, el concepto de interferencia electromagnética hace referencia a la alteración que ocurre en cualquier circuito, componente o sistema electrónico causada por una fuente de radiación electromagnética externa o interna. 

La fiabilidad y la protección de estos circuitos son muy importantes en todas las áreas de la vida. Por ello, para evitar resultados inesperados o cualquier consecuencia imprevista, se deben identificar las fuentes de interferencia electromagnética.

En este sentido, las mediciones de interferencia electromagnética y las pruebas realizadas por las organizaciones de prueba e inspección juegan un papel fundamental. 

Los criterios utilizados en estas pruebas se determinan como estándares de EMI y EMC, y estos estándares contienen las principales condiciones que determinan la calidad de los dispositivos eléctricos y electrónicos.

La prueba EMI, por lo tanto, se basa en la medición, identificación y comparación de los gráficos de la interferencia electromagnética generada por la actividad eléctrica intrínseca de los equipos principales, proporcionando información precisa sobre potenciales puntos de la etapa incipiente, garantizando, de esta manera, la confiabilidad de los productos. 

Diferencia entre EMI y EMC

Una vez sabemos en qué consiste cada prueba, podemos llegar a la conclusión de que, a pesar de que cada una se centre en unos aspectos diferentes, ambos procesos son necesarios para asegurar un correcto funcionamiento de los equipos eléctricos.  

Mientras que la prueba EMC consiste en verificar que el equipo es inmune a las perturbaciones externas y que no produce señales que perturben otros equipos, la prueba EMI se basa en medir, identificar y comparar gráficos de la interferencia electromagnética generada por una actividad eléctrica.

Desde Distron estaremos encantados de asesorarte e informarte sobre todo lo que necesites saber sobre la medición de la conductividad y la calibración de estos instrumentos. ¡Contacta con nosotros! 


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